Duración total: una jornada
Distancia: Medinaceli a Berlanga 71 km
Medio de transporte: Coche
Tras probar los deliciosos dulces de las Hermanas Clarisas de Medinaceli, emprendemos camino hacia Berlanga de Duero. La autovía A-15 nos conduce por la meseta castellana, entre campos abiertos y suaves colinas, hasta llegar a Almazán. Desde allí, la CL-116 nos desvía hacia un rincón medieval lleno de historia, donde comienza de verdad el viaje. A la entrada, el rollo jurisdiccional se alza como guardián del pasado y preludio de lo que nos espera.
Berlanga de Duero, dominada por su majestuoso castillo, es una villa con un encanto especial. Pasear por sus calles es descubrir la Colegiata de Santa María del Mercado, con su curioso lagarto disecado; los soportales que realzan su trazado histórico; las casas señoriales; el rollo, símbolo de su antiguo poder jurisdiccional; y el Centro de Interpretación de San Baudelio, clave para entender mejor esta joya mozárabe. Berlanga también vio nacer a Fray Tomás de Berlanga, obispo de Panamá y descubridor de las islas Galápagos en 1535
Además de callejear, puedes ver:
Desde 1931 es Monumento Nacional.
Templo gótico-renacentista del siglo XVI, construido sobre una antigua iglesia románica. Impresiona por su tamaño, su retablo y su arquitectura.
En su interior se encuentra el famoso “lagarto” de Fray Tomás, un caimán traído de las Galápagos.
La Capilla de los Bravo de Laguna alberga un sepulcro doble de alabastro, con las figuras yacentes de Juan Ortega y Gonzalo Bravo de Laguna, obispo y alcalde, respectivamente. Destacan su retablo gótico y la verja de hierro que lo rodea.
Comienzas la visita en la torre del homenaje, donde se encuentra la oficina de turismo de Berlanga.
Puedes ver sus patios, murallas y disfrutar de las vistas del pueblo y entorno.
Debes recoger una tarjeta en la Oficina de Turismo o en el Ayuntamiento para poder acceder.
El plato fuerte del día es sin duda la Ermita de San Baudelio, una joya escondida conocida como la «Capilla Sixtina del arte mozárabe». Este lugar único combina una arquitectura fascinante con frescos que parecen contar historias de otro mundo. Entrar en la ermita es como sumergirse en un espacio mágico donde el arte y la espiritualidad se funden.
A medida que avanzas por el recorrido, el camino te lleva hacia las Atalayas, torres de origen árabe que durante siglos fueron centinelas en un territorio fronterizo. Estas estructuras se dispersan por el paisaje, y al visitarlas, se siente la conexión con el pasado.
Atalaya islámica de la Veruela: frente a la báscula de Caltojar, dirección Bordecorex y a poco más de 3 km la encontrarás. Desde Caltojar dirección a La Riba de Escalote, a unos 6 km, a tu izquierda, en lo alto la Atalaya de Torre del Melero, un camino a la izquierda te acerca a ella. Sigues rumbo a Rello, justo al llegar, un camino a la izquierda te lleva a la Atalaya del Tiñon a unos 3 km.
Rello, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 2001, se alza sobre un farallón rocoso que domina el paisaje. Su muralla intacta y su singular rollo de justicia, único en España por estar forjado en hierro y haber sido una antigua bombarda, hacen de este pueblo un lugar lleno de historia. Sus estrechas calles no te dejarán indiferente y te transportarán al pasado.
Tras un día repleto de emociones, vuelves a Medinaceli por la SO-132 para descansar y saborear una merecida cena, rememorando las experiencias vividas.
Notas: consultar los horarios de visita de la Ermita. Lleva calzado cómodo y para llegar a las atalayas hay caminos de tierra que, si ha llovido, pueden estar embarrados. Mejor evitarlos si no están secos.
